sábado, marzo 10, 2012

No se si he contado esta anécdota que me sucedió en el pueblo de Cádiz al que fui a parar, recién casada, sin trabajo, ya que llegué a mitad de curso y sin conocer a nadie, sin contar claro a mi recién estrenado marido.
Teníamos una casa del Instituto de la Vivienda , de nueva construcción a la que habíamos podido acceder por 11.000 pesetas de entrada y 220 mensuales , a pagar en 50 años. Quién la pillara ahora por ese precio,…parece ciencia ficción pero no lo es.
Era un piso estupendo con tres habitaciones, 2 baños, salón y cocina a la que había que hacer unas pequeñas modificaciones para que nos resultara más cómoda.
Llamamos a un albañil para el trabajo y cuando llegó el susodicho y llamó a la puerta, yo abrí y al preguntar qué deseaba, me contestó:
-Bushasha, ¿egtá tu pare?
Cuando mi cerebro procesó la pregunta ( Con tono y un acento cerrado gaditano serrano y sin estar acostumbrada a él , no es fácil), me quedé primero blanca y luego me debí de poner roja como un tomate porque la cara me ardía a más no poder.
¿Como decirle que yo era la “ señora de la casa” que dicen ahora?. Pero con 22 años, y con apariencia de muchos menos, no daba la imagen. Balbuceé como pude debido a mi timidez que el encargado de hablar con él era mi marido y que yo no sabía muy bien lo que debía de hacer, y entonces me contestó.
-Pues dígale que ha venido Fulano de tal (no recuerdo el nombre) por mal nombre Verdolico y que máh tarde me paso pa quedar pa la obra.
Al cerrar puerta no pude contener la risa por esa confusión de “mi pare” y por el apodo.
Tengo que decir que si bien al principio me costaba entender qué me decían, en un par de días eso estaba más que superado y además que me gustaba el acento y su gracejo, me alegraba el salero que siempre tenían aún en los momentos malos en aquellos tiempos no eran nada buenos en esa zona: falta de trabajo,(como hoy, ya ves), de viviendas dignas, de espectativas en fin.
Recuerdo esos tiempos con mucho cariño,no se si por estar recién casada, por empezar mi vida laboral como maestra de escuela en un centro público, o por que era joven , no se , no se...

domingo, marzo 27, 2011



EL CARIBE ESTÁ EN HUELVA

Lo digo con todo el convencimiento del mundo. Hay gente que se monta en un avión, se pasa 8 horas volando, (con el canguis que me da), se gasta una pasta gansa y ¿Para qué? Para tumbarse a la bartola en una hamaca viendo palmeras y mar.
Sí, ya se que me dirán que eso tiene su encanto y no lo niego, pero ¿habéis ido a Huelva? ¿A sus playas? Son magníficas, con una amplitud que no lo hay en muchos sitios, con kilómetros y kilóooooometros de playa, con el aroma de los pinos del Coto de Doñana, con unos atardeceres que quitan el hipo y por supuesto sus amaneceres.
Todo eso acompañado a la hora del aperitivo con una gambitas de la zona, unas coquinas que ¡uhmmmmmmmm! ya me estoy relamiendo, un vinito del Condado fresquito que.....mejor no sigo. Todo son lujos al alcance de pocos kilómetros.
Yo desde luego, cuando quiere torrarme al sol y bañarme en el Atlántico me voy a Huelva, a la playa de La Antilla, a Matalascañas, a Isla Cristina.... hay infinidad de sitios todos fantásticos en los que el descanso y la diversión están asegurados.
¡Ah,/ y no llevo comisión!,sólo que yo soy de allí y además me encantan sus playas.Para que veáis que tengo razón os dejo unas fotitos. Otro día hablaré de su sierra, que también merece un capítulo.

lunes, septiembre 20, 2010

¡Qué cabreo!


¡Pepe te hemos visto!¡Qué fuerte! Jajajaja
¿Habrán reventado ya?, ¿Habrán vuelto ya del carajo? Sería interesante saber como acabó la disputa. El coche,¿seguirá sufriendo las iras de Pepe?
¡Cómo está la peña señor! Con lo fácil que es dialogar.
Fue en Fuengirola donde me topé con esta joya que no tiene desperdicio

martes, junio 22, 2010

ROMA

Ya es un poco tarde para escribir sobre este viaje,ya que lo hice a finales de enero, pero...... más vale tarde que nunca. Sigo teniendo o poco tiempo o lo invierto mal, yo creo que serán las dos cosas.

Como la querencia por las fiestas escolares es difícil de olvidar(después de tantos años no puedo remediarlo), por Santo Tomás de Aquino he ido a Italia, a Roma exactamente.

Roma me encanta, he estado dos veces, una en verano y esta vez en invierno y no se en que época me gustó más porque las he visto bajo dos aspectos distintos, de clima, claro.





La primera vez que fui me impactó, bueno toda Italia me pareció genial. Me encantó la ciudad, el ambiente y sus gentes tan extrovertidas y amables. Fueron cuatro días que recuerdo con un gran cariño y por eso he querido volver.

Ahora la he visto con otros ojos puesto que era la segunda vez, por cierto tengo que decir estaba llena de españoles y eso que eran días laborables ¡Mira que viajamos!

Lo único me quedó por ver la primera vez fue el Panteón porque estaba cerrado, pero lo he visto ahora , puedo decir que no se me ha escapado nada. ¡Me sigue encantando!





He paseado por sus calles, comprado en sus mercadillos, degustado sus platos, entrado en sus museos....de casi todo he hecho fotos, y como prueba ahí están algunas. Ya sé que debo seguir practicando, y leerme bien las instrucciones,jajajaja.

Como colofón vuelvo a decir ¡Me encanta Roma! No me importa ir más veces.

domingo, enero 10, 2010

Vuelvo, pero cambiada

Llevo mucho tiempo intentando escribir algo, pero es la maldita pereza lo que me hace pasar siempre del tema, la pereza y.... que ya no ejerzo como maestra, me he jubilado después de un gran número de años ejerciendo (40 años) , suena fuerte ¿verdad? ¡40 años enseñando a niños de todas clases y condiciones!, pero he pasado esos años muy a gusto con mi trabajo, me ha encantado ser Maestra, así con mayúsculas.
Ahora que ya me voy ubicando en mi nueva vida y con múltiples aficiones que tomo con todo la ilusión del mundo, por fin me decido a publicar algo en el blog que tenía más que olvidado, lo que me hace pensar que el título ya no es el correcto y por eso lo voy a cambiar por el de "diario de una maestra ...jubilada"
A partir de ahora os contaré lo que hago, los viajes que realizo, los platos que preparo, (la cocina me encanta), mis trabajos manuales... en fin todos esos otros trabajos que tenemos los que ya hemos terminado nuestra vida laboral activa, aunque si me viene alguna anécdota a la memoria relacionada con mi profesión os la contaré de todos modos.
Solo os diré que es estupendo poder hacer todas aquella cosas que no pude hacer cuando trabajaba, que es estupendo sentirse viva y feliz y que todavía me quedan muchas cosas pendientes.
Pienso dar mucha guerra.

domingo, abril 05, 2009

LA CUCAÑA

Recuerdo una tarde de finales del último verano y una fiesta que se hizo en la piscina para los niños, con refrescos, patatas, chucherías varias, juegos diversos y para rematarla, una cucaña.
Los niños se afanaban por romper la olla y cuando por fin lo hicieron,se lanzaron como fieras a por los regalos. Parecía una jauría de lobos luchando por su ración de comida.
Cuando por fin se despejó el batiburrillo de niños, miré, y sorprendida pude observar que todos los caramelos que cayeron estaban en el mismo sitio y lo único que se habían llevado los críos eran las pequeños sorpresas que vienen dentro de la cucaña.
Me quedé de piedra, y sin dudarlo fui yo la que se lanzó a por ellos, los recogí,y el primer día de clase , mis alumnos se los comieron encantados. No dejo de pensar que algunos de esos niños se habrían dejado el día anterior en el suelo los mismos caramelos que ahora se comían.

jueves, febrero 26, 2009

EL JUSTIFICANTE

Hoy me ha venido a la mente una anécdota que me pasó y que es para partirse de risa pues no te esperas que esas cosas realmente te puedan suceder.
Tenía un niño muy majete que era gitano, un chaval estupendo, pero faltaba a veces porque sus padres se iban a la vendimia, a la aceituna, a las distinas ferias que hay.
La norma del colegio es que cada vez que falta un niño los padres tienen que justificar esa falta.
Pues bien cuando se lo dije al niño me contestó que se lo diría a sus padres.
Al día siguiente y a primera hora estaba la madre en la puerta esperándome y me dijo que su hijo le había dicho lo del justificante pero que donde habían estado trabajando no había de esas cosas, que lo único que había era esto que traía en una bolsa de plástico que me dio.
¿Qué creéis que había en la bolsa? ¡Dos botellas de vino!
Se fue tan contenta y feliz y allí me quedé yo con la bolsa en la mano y con cara de incredulidad.