¡Qué contentos iban los niños al colegio hoy! Claro, nos íbamos de excursión a un sitio de esos que hacen muchas actividades y los críos no paran en todo el día. Multiaventura los llaman.
Como en el autobús no suelen estarse quietos, les pone el conductor una peli de Harry Potter a ver si las fieras se amansan. Diversidad de opiniones. Unos que sí, otros que no, total, que entre el ruido de la peli y el guirigay que ellos forman se me levanta dolor de cabeza.
A medio camino empiezan los mareos. La compa y yo repartimos bolsas. Y como no podía ser de otro modo, algunos vomitan. ¡Qué peste! empiezan a decir.
¡ Vuelta a levantarnos! ..... Recogemos las bolsas y las tiramos en la papelera, que ya empieza a oler un pilín mal . (Tengo que decir que yo no puedo ni oler las vomitonas porque voy detrás de ellos y me pongo fatal)
Llegamos por fin a nuestro destino. Los niños se bajan y formas las filas .Vienen los monitores y nos dicen:
-No os preocupéis de nada, nosotros nos encargamos de los chavales.
¿Es posible tamaña felicidad?, pues como parece ser que sí, nos fuimos antes de que se arrepintieran a dar un paseo y conocer el pueblecito que está al lado, que por cierto, estaba desierto, no se veía un alma.
Seguimos toda la mañana relajándonos.De vez en cuando divisábamos a algún chico pero no nos hacían ni caso, ellos estaban a lo suyo.
Hora de comer.
Teníais que ver cómo lo hacían, devoraban los bocadillos, se intercambiaban chucherías y luego se tumbaron un rato al sol. Que cosas, las niñas presumiendo y los niños haciendo el bruto.
Bueno, pues viene la segunda parte, y bajan al pantano. (Nosotras tomando café, seguimos relajándonos).
Como va pasando la jornada, se nos ocurre ir a ver lo bien que se lo pasaban y nos bajamos también al pantano. Cuando llegamos y los vimos chapoteando en el agua casi nos da un telele.
Unos estaban montando en el Kayac, otros con el chaleco salvavidas esperaban turno y otros se bañaban, el agua se removía con el chapoteo y tenia un color mas bien feo, pero a allos no parecía importarles.
A nosotras se nos atragantó el café, y ya no pudimos despegarnos de allí. Tengo que decir que los monitores controlaban todo, pero nosotras no nos fiábamos y empezamos a mirar como posesas al agua, no fuera a ser que se los tragara de repente.
Gracias a Dios que todo acabó de maravilla. Se lo pasaron bomba y cuando subían hacia las instalaciones comentaban.
-¡Jo, macho!, Qué pasada de excursión, éstas son las que molan y no las del teatro y los museos.
Y como el día no daba mas de sí, contamos cabezas, nos montamos en los autobuses para regresar, y allá que nos pusimos en marcha con las vomitonas de rigor, y todos los chavales contentos por lo bien que se lo habían pasado.
Cuando nos bajamos en la puerta del colegio y se los devolvimos a sus padres, respiramos aliviadas, nos relajamos de verdad y nos fuimos a casita a descansar de tan duro día.
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