martes, marzo 13, 2007

TRABAJOS MANUALES

Tenemos un área que es educación artística y en ella trabajamos la plástica y la música en todas sus facetas.
Un año se nos ocurrió que debían nuestros alumnos aprender a manejar la aguja de coser para que adquirieran soltura y pudieran comprobar que ese no era sólo un trabajo de “mujeres”, que se podían hacer muchas cosas aparte de coser un botón.
Craso error. Se me presentó indignada una madre diciendo a voz en grito que su niño no cosía, que para eso estaba ella.
Por más que le razonaba y le decía que era un simple trabajo de clase y que no pretendía ningún fin oscuro, ella se emperró y se negó a que su hijo realizara la actividad. Dejó que su hijo estuviera cruzado de brazos durante todo el tiempo dedicado a ese trabajo antes que permitirle coser.
A todos los chicos les encanta ese trabajo porque es algo que no han hecho nunca y además se hacen un muñeco que se convierte en su mascota. Es una rana rellena de arroz a la que llevan a cuestas a todos lados y la guardan durante años con todo cariño.
Un día en que estaba toda la clase cosiendo muy animada y contenta, vino a mi mesa un chaval algo gordito y muy simpático a enseñarme su trabajo para que le guiara y le empezara la rana. Cuando se marchaba hacia su sitio para sentarse y proseguir con su tarea, con horror contemplé cómo otro, que era de la piel del diablo, le ponía la mano en el asiento, y en ella brillaba una aguja de lana enorme y gorda apuntando hacia arriba que hizo que me levantara de un salto para evitare la catástrofe. Pero fue imposible, el niño que iba hacia su puesto se dejó caer y….el grito que dio aún lo oigo cuando recuerdo el suceso; mientras el otro se partía de risa y a mí se me ponía los pelos como escarpias.
Temblando, intenté sacarle la aguja y no pude, porque la tenía metida hasta dentro y no había por donde cogerla. Tuve que llamar a un compañero para que me ayudara y poder sujetar al pobre muchacho que estaba atacado de los nervios, (y yo con él).
En vista del suceso nos fuimos escopetados al ambulatorio de la S.S. para que le viera un médico.
Cuando le vio se echó las manos a la cabeza y nos dijo que podía haberse quedado cojo, que gracias a la grasa que tenía en la nalga no le había llegado la aguja al hueso, que hubiera sido lo peor. A mí un sudor se me iba y otro se me venía pensando en ello.
Pero afortunadamente todo quedó en un susto y un castigo para el bestia que le cosió el culo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

sassurmanaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!!!

Anónimo dijo...

olaaaaaaaaaaa!!! necesitamos algooo para el dia de laaa paz!!! si kieres agreganos okis;);)
shu_nenita_93@...
o
Sa_MaRy_DeR_PaRxIs@...
weno adiossssssssssss!!! un besooo